¿Cuál es el calefactor más seguro?

Es habitual valorar, a la hora de escoger la calefacción del hogar, todo tipo de características que cubran nuestras necesidades como son el consumo, la potencia, dimensiones o el diseño. Estos elementos son los que más apreciamos a la hoja de elegir este tipo de dispositivos, pero tampoco podemos olvidar de cuál es el calefactor más seguro para evitar posibles riesgos y accidentes en casa.

En general, los sistemas de calefacción incluyen una seguridad mínima y cumplen con las normas dispuestas en cuanto a mantenimiento e instalación. Pero cuando en casa tenemos hijos o mascotas, las garantías no son suficientes y buscamos la máxima seguridad.

manos sobre calefacción eléctrica

Braseros eléctricos

Los braseros eléctricos son de las principales causas de accidentes relacionadas con el uso de un calefactor o estufa en los hogares durante el invierno. Esto es así porque la superficie de los braseros suele calentarse a muy altas temperaturas y está expuesta, por lo que existe el riesgo de que entre en contacto con algún elemento que pueda prender. Son muy peligrosos aquellos que están ubicados en mesas camillas.

Además, no cuentan con elementos de seguridad que eviten un contacto directo con la placa de hierro que puede tener altas temperaturas y provocar quemaduras graves.

Hemos puesto este primer ejemplo, que es el más arriesgado en seguridad que podemos encontrar, en comparación a otros tipos de calefactores más seguros y que comentaremos a continuación.

Tipos de calefactores

Calefactores de Gas

El calefactor de gas o estufa de gas Se consideran los más eficientes a nivel energético para un uso prolongado, aunque el combustible para conseguir calor (el gas) ha de ser manipulado con precaución debido a que es un producto tóxico y altamente inflamable.

Las estufas de gas más novedosos incorporan importantes elementos de seguridad para evitar posibles fugas y provoquen accidentes como son una explosión o intoxicación por inhalación. Gracias a los avances tecnológicos en seguridad, estos dispositivos se consideran casi 100 % seguros si se les da un uso correcto y siguiendo las recomendaciones del fabricante.

Calefactores infrarrojos o halógenos

En este caso, el calor procede de los infrarrojos que emanan unos tubos halógenos. Este tipo de aparatos son bastante seguros y están diseñados para proteger los tubos que, además de ser bastante frágiles debido a su composición, también contienen un gas en el interior que puede ser tóxico para la salud en caso de inhalarse.

La superficie en contacto con estos tubos también puede alcanzar altísimas temperaturas, por lo que es recomendable asegurar la zona colindante para evitar un contacto accidental y correr el riesgo de sufrir quemaduras bastante graves.

Calefactores de Butano

Al contrario que los modelos de calefactores infrarrojos o braseros eléctricos, los calefactores de butano no poseen una superficie incandescente, reduciendo así la posibilidad de poder sufrir una quemadura a consecuencia de un contacto por accidente. Es importante, sin embargo, que se ubique en una zona de seguridad para evitar que pueda recalentarse y provocar una combustión o explosión, así como alejar el cable del radiador para que el calor pueda derretirlo.

Calefactores de Eléctricos

En este caso, estos aparatos no poseen una superficie incandescente, por lo que la posibilidad de sufrir algún accidente como quemaduras se reduce de manera considerable. Es importante, sin embargo, que tenga una zona de seguridad (como en todos los calefactores) para evitar que cosas junto al aparato se derritan o recalienten y alejar el cable del radiador, puesto que las altas temperaturas podrían derretirlo.

Calefactores de Aceite

Los calefactores de aceite tampoco cuentan con una base incandescente que pueda suponer un riesgo potencial para la salud de las personas en contacto con estos calefactores. Su funcionamiento es similar al de los calefactores de gas como el butano, salvo que, en lugar de usar un combustible gaseoso, se utiliza aceite para la combustión. Se recomienda no poner nada junto a este tipo de calefactores para evitar que se quemen o derritan.

Calefactores de aire o cerámicos

Hoy en día, se puede decir que son los calefactores considerados más seguros del mercado. Como ocurre con los calefactores de aceite o butano, no poseen una superficie incandescente, por lo que son 100% seguros al tacto. Aun así, es recomendable escoger y comprar un producto de una marca de confianza que pueda asegurar la durabilidad y calidad de las resistencias. Aunque casi todos los calefactores de aire añaden elementos importantes en relación a la seguridad para evitar sobrecalentamientos y quemaduras, es mejor apostar por marcas de confianza y demostrada calidad.

Calefactor de halógeno

Tipos de calderas

No son exactamente calefactores, pero entran dentro de los sistemas de calefacción que permiten que, en los meses de invierno, podamos disfrutar de un ambiente más cálido en el hogar y no pasar frío.

Calderas de gas

En relación a las calderas de gas, se calcula que un 35% de los hogares en nuestro país cuenta con este tipo de dispositivos para calentar el hogar.

Las de condensación se consideran las más eficientes, puesto que aprovechan el calor que se genera procedente del valor de agua. Según diversas organizaciones de consumidores y usuarios, una vivienda de 90 m2 en una región donde en invierno haga bastante frío, puede gastar de media unos 470 euros al año.

Esto supone casi la mitad del coste que se tendría si se usaran radiadores o calefactores eléctricos convencionales, que son baratos en una inversión inicial y fáciles de usar pero que, a la larga, suponen un mayor gasto energético para el consumidor.

A pesar de su eficiencia, la realidad es que este tipo de calderas (de condensación) no son las más usadas. Se estima que cerca del 60% de calderas que hoy en día se usan dentro de la Unión Europea no lo son, por lo que la eficiencia se reduce de manera considerable.

Las calderas de biomasa

Una opción alternativa y bastante interesante, es instalar una caldera de biomasa. Son aquellas que usan elementos como pellets de madera reciclada, restos de poda o compuestos orgánicos para calentar el ambiente. Y son consideradas bastante económicas y eficientes.

Y eso mismo es lo que defiende la OCU por medio de un informe donde estipula que son la opción de calefacción más eficiente y barata comparada con otros tipos de calderas y calefacciones. Es más, se estima que el gasto anual que pueden llegar a producir es de apenas 300 euros.

Eso sí, hay que contar con que dispongas de un lugar en tu casa donde poder almacenar los elementos para la combustión como los pellets y en lugares como apartamentos o casas pequeñas pueden no salir muy rentables ante la falta de espacio.

Pies sobre calefactor

¿Cuál es el tipo de calefacción más segura?

Antes que nada, hay que diferenciar entre los modelos de calefactores que, por lo general, pueden venderse como más seguros en comparación a aquellos que no suelen tener apenas elementos de seguridad (braseros eléctricos, por ejemplo). Ya sea por la emisión de elementos tóxicos perjudiciales para la salud o por incidentes en caso de dejarnos el aparato encendido.

Si hablamos de estufas o calefactores de gas, aunque el riesgo de quemadura es mínimo, se recomienda siempre apagar el aparato para no sufrir ningún contratiempo o riesgo.

En general, los calefactores eléctricos se consideran mucho más seguros y, dentro de ellos, los cerámicos o de aluminio presentan menores riesgos, ya que no usan ningún tipo de combustible que pueda provocar un incendio. Igualmente, los modelos más novedosos incorporan termostato y la posibilidad de ser programados para que se apaguen cuando la habitación ha llegado a la temperatura óptima.

En último lugar, si tienes presupuesto para gastar un poco más, puedes optar por conseguir una caldera de condensación o de biomasa, ya que resultan ser bastante eficientes y seguras. Y más en el caso de biomasa, cuyo funcionamiento es similar al de una chimenea convencional de leña (cerrada) y donde el combustible usado no es inflamable.


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¿Cuál es la mejor calefacción para niños y mascotas?

Si en cas tienes niños/as o mascotas, la principal preocupación siempre será que ellos no sufran ningún tipo de accidente debido a la calefacción.

Sin duda, los paneles calefactores (semejantes a radiadores) son la mejor opción. Aunque estos aparatos eléctricos puedan alcanzar ciertas temperaturas, el panel permite que el contacto durante algunos segundos sea tolerable y sin llegar a producir daños o quemaduras.

Además, algunos modelos pueden ir anclados a la pared, por lo que es ideal para que no estén al alcance de los más revoltosos y curiosos. Por último, también tienen la ventaja que reducen las emisiones de CO2, por lo que son más eficientes.

Qué debes saber sobre la seguridad en la calefacción

No nos podemos ir sin comentar elementos que has de saber sobre la seguridad en calefacción, puesto que escoger un buen calefactor es muy necesario para evitar cualquier tipo de riesgo como quemaduras, combustión accidental o que objetos se vean perjudicados.

Sin embargo, escoger el modelo más seguro no es único a tener en cuenta, sino también realizar un buen uso del aparato para evitar sorpresas. Algunos de los detalles que has de tener en cuenta:

  • Es recomendable escoger un modelo con termostato y protección ante un posible sobrecalentamiento.
  • No usar cables ni ladrones de extensión para conectar este tipo de aparatos a la corriente, siendo mejor que vayan directamente enchufados a la pared. Esto evitará sobrecargas.
  • Es recomendable también mantener una cierta distancia del aparato de, al menos, 1 metro entre el calefactor y los objetos o personas.
  • Ha de tener un sistema de apagado automático para que, en caso de vuelco o caída, no puedan sufrir ningún tipo de accidente.
  • Desconecta el dispositivo de la corriente eléctrica una vez que no lo estés usando.