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Blog / Todo sobre el consumo de las lavadoras
Ya sea una lavadora de carga frontal o una lavadora de carga superior, más o menos eficiente, con lo más innovador en tecnología o analógica, las lavadoras podemos encontrarlas de muchos tipos pero, si hay algo en lo que coinciden, es que son de los aparatos que más consumen en el hogar. Para saber cómo reducir el gasto de energía, aquí te vamos a contar todo sobre el consumo de las lavadoras.
Si estamos pensando en ahorrar energía en nuestro hogar para ser más eficientes y sostenibles con el medio ambiente, hemos de saber que el conjunto de los electrodomésticos del hogar suponen más del 50% del consumo mensual.
La lavadora es uno de los aparatos que más consumen si se realiza, de media, de 3 a 5 lavados a la semana, pudiendo llegar al 12% del total del consumo, aunque podemos conseguir hacer más eficiente su utilización.
Aquí hablaremos de cuánto consume una lavadora y te daremos consejos para ahorrar en tu factura de luz.
El consumo de las lavadoras dependerá de las veces que pongamos esta en funcionamiento y los ciclos de lavado que escojamos, la temperatura del agua y la hora al día que decidamos lavar nuestra ropa. De media, se estima que una lavadora puede consumir 255 kWh al año.
Uno de los factores que influyen en el gasto, es la temperatura que escojamos para conseguir que la ropa quede limpia, es decir, si ponemos una temperatura de más de 30ºC la lavadora gastará hasta el doble si ponemos un ciclo en frío.
Si utilizamos siempre el agua fría y en una franja horaria de bajo consumo, conseguiremos ahorrar hasta un 27% en la factura de la luz. Además, si a esto le añadimos que el aparato tiene una eficiencia energética A, que corresponde a las lavadoras que menos consumen, entonces podremos reducir el consumo anual más o menos a 137 kW/h.
La lavadora no gasta lo mismo en función del momento del ciclo de lavado en que se encuentre.
La lavadora recibe agua limpia por medio de las tuberías hacia el tambor. Si no se dispone de un grifo específico que proporcione agua caliente (que es lo habitual), la lavadora tendrá que calentar el agua para mojar las prendas. Después, el detergente se inyectará hacia el interior de la lavadora para mezclarse con el agua y enjabonar las prendas para conseguir que terminen limpias.
Esta es la etapa donde se produce el mayor gasto energético en el aparato, empleando cerca del 85% de la energía solo para usarlo en las resistencias encargadas de calentar el agua, ya que necesitan funcionar a máxima potencia.
Una vez que la ropa está enjabonada, se elimina el agua que se acumula en el tambor para ser cambiada por agua limpia. De esta forma, se aclara la ropa hasta que se elimina por completo el detergente.
Durante el lavado y el aclarado se produce el mayor gasto en consumo de agua en el aparato. Por eso, para ahorrar agua, se recomienda emplear un ciclo corto de lavado.
Por último, el tambor girará mediante fuerza centrípeta para conseguir que el agua se desprenda de la ropa, es decir, las prendas saldrán húmedas, pero no mojadas.
Si la lavadora incluye la función de secado, la humedad resultante será menor, pero el gasto energético será mucho mayor, ya que se alcanzarán más revoluciones por minuto en el tambor. Aun así, el consumo de las lavadoras sigue siendo mayor en la etapa de lavado.
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En marzo de 2021 se llevó a cabo la modificación del etiquetado energético de un grupo de electrodomésticos, entre ellos las lavadoras. De esta forma, desaparecieron las clases A+, A++ y A+++ para transformarse en una escala que va desde la clase A (más eficiente) hasta la letra G (menor eficiencia). A grandes rasgos, la información contenida en las etiquetas apenas ha variado, aunque hay ciertos elementos que han sufrido cambios, como son las clases energéticas que hemos comentado, algunos pictogramas y la inclusión en la nueva etiqueta del código QR.
Ahora que ya sabemos las partes del etiquetado, vamos a detallar algunos de ellos para que sepamos cómo descifrarlos de manera correcta.
En el consumo no solo es importante conocer la parte relacionada con lo eléctrico, sino que también hay que conocer cuánta agua consume la lavadora. Se estima que una lavadora con capacidad de carga de 7 kg gasta entre 42 a 62 litros de agua, mientras que una que posee 5 kg de carga tendrá un gasto de 39 a 52 litros de agua.
Tenemos que recordar que, si la lavadora pierde agua, el consumo podría dispararse, por ello es mejor ponerse en contacto con un técnico que solucione el problema.
Aparte de reducir el consumo con una utilización más eficiente de la temperatura, el ciclo o el horario, también podemos ahorrar en la factura empleando las prestaciones y programas de lavado eficientes.
Por ejemplo, algunos modelos de lavadoras tienen funciones inteligentes como la opción de programar en diferido para que funcione en el horario que escoja el usuario. También existen programas de lavado como son los programas ECO o los programas cortos (30 o 45 minutos) que son eficientes y ayudan a ahorrar dinero.
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A continuación, señalamos consejos que ayudan a reducir el consumo de las lavadoras.
Tenemos que llenar la lavadora siguiendo las indicaciones del fabricante acerca de la capacidad máxima de la lavadora. Si sobrecargamos el aparato puede ocurrir que la ropa no termine de limpiar, el detergente no se evacúa bien y forme manchas en la ropa o que el consumo de la luz se dispare ante el sobreesfuerzo del motor.
Para evitarlo, tenemos que aplicar dos consejos:
Gran parte de la energía que se invierte en la lavadora es utilizada para calentar el agua. Estamos hablando entre un 80 a 85% de la electricidad que se consume. Para hacernos una idea, un ciclo de lavado de 90ºC consume el doble que uno de 60ºC y el cuádruple de otro de 40ºC.
Cabe señalar que, hoy en día, salvo manchas difíciles, las prendas se pueden lavar fácilmente a 30ºC y saldrán limpias.
Como sucede con el agua caliente, alargar un ciclo de lavado encarece el consumo energético en la lavadora. Por ello, si la ropa no está muy sucia, se recomienda utilizar programas cortos (de 15, 30 o 45 minutos).
Es recomendable realizar una limpieza del filtro al menos una vez al mes para conseguir que la lavadora tenga un buen rendimiento y alargar su vida útil. Si no se realiza la limpieza, puede aumentar el consumo energético y, con el paso del tiempo, terminar estropeando.
La última fase del lavado es el secado de la ropa (sin contar el doblado de la ropa, pero aquí las prendas ya están limpias, así no contaremos con esta etapa).
La manera más económica de secar la ropa es tenderla al aire libre. Sin embargo, si esto no es posible, es mejor no contar con la secadora y utilizar un centrifugado con altas revoluciones para conseguir que las prendas salgan lo menos húmedas posibles.
Si tenemos la opción, también tenemos que vigilar el sensor de humedad para evitar que las prendas salgan demasiado secas, porque se formarían arrugas difíciles de planchar. Y, por supuesto, no mezclar algodón o ropa pesada en la misma carga con prendas ligeras.
En general, los detergentes líquidos funcionan mejor en la lavadora que los sólidos, aunque esto se puede solucionar diluyendo este último en agua. Aunque lo más importante es la dosificación del jabón. Hemos de intentar no superar la cantidad recomendada por el fabricante para evitar que el exceso de espuma haga trabajar más a la lavadora y, además, disminuir la contaminación.
A pesar de que el consumo de las lavadoras es uno de los más elevados, en relación a los electrodomésticos, podemos reducir notablemente el gasto de energía y agua si llevamos a cabo los consejos que hemos señalado en este artículo. ¡Así que comienza ya a ahorrar en tu factura de la luz!
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