Cecotec 05337 - Radiador de Aceite 2500W Ready Warm 5700 Space Blanco
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Blog / Cómo purgar radiadores: consejos y técnicas
Los radiadores son un elemento esencial en los meses de invierno en muchos hogares. Pero puede ocurrir que, cuando lo vamos a poner en funcionamiento, no esté caliente lo suficiente. Esto es debido a que, dentro del sistema de calefacción, se ha acumulado aire que hace que no circule correctamente el agua y que los radiadores no emiten el calor de manera homogénea. Para evitar este tipo de problemas, es mejor purgar los radiadores anteriormente a utilizar el sistema de calefacción.
¿Qué significa purgar los radiadores?
Esta acción consiste en extraer el aire extra dentro de las tuberías de agua caliente que forman parte del sistema de calefacción. La aparición de aire se debe a 3 razones:
El fenómeno del aire dentro del circuito de calefacción de gas es totalmente normal, puesto que el agua contiene oxígeno y este queda atrapado dentro de los radiadores cuando el agua se evapora.
La mayoría de los radiadores incluyen una válvula denominada “purgador” que ayuda a realizar la extracción de aire del interior. Esta purga puede ser realizada por el usuario o por un técnico experto.
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Cuando un radiador no se calienta en óptimas condiciones, el termostato no salta y la caldera sigue funcionando porque no consigue llegar a la temperatura programada. Esto provoca que la caldera trabaje más y gastará más energía.
La mejor época para purgar los radiadores son los meses de septiembre y octubre, antes de la temporada de frío y de poner en funcionamiento los radiadores. Es mejor no esperar a que las temperaturas desciendan, porque si no lo hemos purgado antes, el sistema de calefacción no funcionará eficientemente.
Purgar los radiadores en un sistema de calefacción por gas es un acto muy sencillo de mantenimiento que cada usuario puede hacer por sí mismo.
Si los radiadores necesitan un purgado manual, tenemos que seguir estos pasos:
La purga de radiadores se realiza en todas las instalaciones de calefacción de gas, independientemente de su tipología o diseño. Aunque la vivienda se ubique en un edificio con calefacción central, también requiere de un purgado para asegurar que hay calor homogéneo y eficiente a lo largo del invierno.
Lo importante, en este caso, es avisar al responsable de la instalación que se va a realizar la purga de radiadores y este, por su parte, ha de indicar si se ha realizado el llenado de agua de la calefacción. Si el sistema contiene agua, entonces los vecinos pueden purgar sus radiadores. El responsable será el encargado de comprobar que la caldera dispone de la presión correcta para que esta funcione con seguridad.
Como alternativa, puedes optar por una de las opciones de radiadores de aceite que te mostramos en nuestro artículo del blog. Puedes ver este contenido en el enlace anterior.
Los radiadores fabricados en aluminio suelen incluir un purgador automático, puesto que son propensos a acumular aire dentro de ellos. Es un sistema muy cómodo, donde el proceso se realiza de forma instantánea cuando el radiador detecta el problema. Además, estas válvulas son efectivas cuando el radiador está situado en un lugar alto o en esquinas, donde el acceso al purgador es difícil.
Para mantener la eficiencia del sistema de calefacción, es recomendable purgar todos los radiadores de una vivienda al menos una vez al año, preferiblemente antes de que comience la temporada de frío. Esto asegura que no haya burbujas de aire en el circuito, lo que puede causar que algunas zonas del radiador no se calienten adecuadamente, resultando en un uso ineficiente de la energía. Aunque pueda parecer que algunos radiadores no requieren purga porque parecen funcionar bien, el aire atrapado en el sistema puede afectar el rendimiento general de la calefacción en toda la casa.
No obstante, si alguno de los radiadores muestra signos claros de que necesita purga, como ruidos extraños, zonas frías en la parte superior o un calentamiento desigual, es esencial purgarlo de inmediato. En estos casos, no es estrictamente necesario purgar todos los radiadores al mismo tiempo, pero sí es recomendable para evitar posibles desequilibrios en el sistema de calefacción. Así, se garantiza un funcionamiento óptimo y uniforme de todos los radiadores.
Ahora que ya hemos purgado nuestros radiadores, toca hacer ciertas acciones para asegurarnos de que todo funciona correctamente.
Una vez realizada la purga, hay que verificar que la presión del agua en la caldera esté bien, es decir, 1 a 2 bares. Si el manómetro detecta una presión más alta, es posible que el purgado no se haya hecho bien y sea necesario repetir el proceso.
Por el contrario, si la presión es inferior a 1 bar, es necesario abrir la válvula bajo la caldera para que el manómetro alcance el intervalo correcto. Tenemos que recordar que tener la presión correcta evitará problemas futuros en el funcionamiento de la caldera.
Es posible que, si vivimos en una casa de campo o edificio antiguo donde los radiadores no hayan sido cambiados, no podamos purgar los radiadores fácilmente. Si el radiador no contiene una válvula para purgar, se puede contactar con un profesional para que la instale.
Otro inconveniente en este tipo de lugares es que los conductos tengan incrustaciones y obstrucciones. En esos casos, es importante contactar con el técnico para que revise la calefacción, ya que posiblemente se necesite emplear técnicas y equipos profesionales.
Antes o después de purgar un radiador es conveniente limpiarlo, puesto que acumulan suciedad y restos de óxido en su interior.
Para realizarlo, cerramos las llaves de paso. Posteriormente, ponemos periódicos viejos o trapos en el suelo para recoger toda la suciedad y evitar manchar el suelo. Una vez vaciados, limpiamos el polvo exterior y de la parte trasera.
Para realizar una mejor limpieza, podemos colocar una tela húmeda bajo el radiador y otra en la pared y dar con un secador. Esto hace que el polvo salga hacia fuera de manera rápida y se pegue en el trapo húmedo.
Tras eliminar el polvo del interior, es bueno utilizar una vaporeta para retirar la suciedad más incrustada y eliminar las manchas formadas en el radiador. Por último, pasamos un trapo por la superficie empapado de un desengrasante diluido en agua caliente para retirar cualquier posible residuo.
Como has podido comprobar, purgar radiadores es un proceso bastante sencillo que se puede hacer en casa sin tener que avisar a un técnico experto. Eso sí, si aparecen problemas es mejor contactar con el profesional.
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